Científicos revelan el uso que dan los narvales a su «cuerno».

Dos narvales en plena cacería de bacalaos en el ártico canandiense. (Captura/Youtube)  

Científicos lograron filmar por primera vez al narval usando su enigmático cuerno para cazar.

Científicos canadienses, usando drones, por primera vez lograron filmar a narvales dando un uso al distintivo cuerno que sobresale frente a su cabeza: cual si fuera una espada, atacan con él a sus presas para atontarlas o inmovilizarlas y luego tragárselas.

Este descubrimiento ofrece además una explicación al cuerno de estos cetáceos, que hasta ahora se teorizaba que usaban como una especie de sensor, o incluso para batallar en época de celo.

Científicos de la agencia de Pesca y Océanos de Canadá, pudieron constatar como narvales se acercaban a un cardumen de bacalaos, les daban una rápida estocada con su “espada” y luego los engullían.

El cuerno, que en realidad es un colmillo, o más precisamente el premolar izquierdo superior, que se proyecta a través del labio girando en espiral, había sido no solo un enigma, sino también la fuente de numerosas leyendas y mitos.

Solo los machos de narval desarrollan este colmillo, aunque alrededor del 15 por ciento de las hembras también desarrolla el colmillo, si bien de tamaño más pequeño. En raros casos, el narval tiene dos colmillos, cuando el canino derecho también se desarrolla, y existe al menos un caso documentado de una hembra con dos colmillos. El colmillo crece durante toda la vida del narval y puede llegar a medir hasta más de 10 pies de largo. El colmillo está lleno de terminales nerviosas que se cree podrían transmiten información al narval sobre el ambiente a su alrededor.

Estos colmillos son lo más parecido que ocurre en la naturaleza a los cuernos de los legendarios unicornios, y antiguamente se creía que tenían poderes mágicos, por lo que se pagaba fortunas por ellos. Los colmillos también han sido utilizados para hacer armas y objetos de arte. Justamente los preciados colmillos han sido una de las causas que ha llevado a que los narvales se encuentren hoy día amenazados. La contaminación y los cambios climáticos que han provocado la disminución del hielo ártico también están afectando al narval.

Los científicos explican que el uso de drones les ha permitido hacer observaciones que antes no podían lograr, pues las pequeñas aeronaves pueden volar sobre los cetáceos bastante cerca de ellos sin incomodarlos y así los científicos pueden observar su comportamiento desde una perspectiva muy diferente.

Con información de PrimeraHora.com

 

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